Uno de los primeros encuentros con el virus del herpes zoster suele ser la varicela infantil. Más adelante en la vida, el virus puede reactivarse, causando una erupción característica de pequeñas ampollas, con frecuencia en el pecho o la frente, que forman costras y pueden dejar cicatrices. Este segundo encuentro es conocido como culebrilla.

A diferencia de la varicela, esta condición suele ser bastante dolorosa. Aunque esta enfermedad a menudo se presenta en personas normales y sanas, ocurre con más frecuencia en personas de edad avanzada o inmunocomprometidas.

Es importante consultar a un oftalmólogo cuando se produce herpes zóster en la cara porque el virus puede invadir el ojo. Un oftalmólogo busca lesiones elevadas en el ojo, inflamación y herpes zoster en la superficie del ojo. Todos estos problemas pueden tratarse, pero a veces son difíciles de manejar. Por lo tanto, se requiere un tratamiento cuidadoso y seguimiento. Los nuevos medicamentos antivirales orales brindan a los pacientes una recuperación más rápida y completa.