La microaguja o la aguja dérmica fraccionada se utiliza para tratar las líneas finas y las arrugas, la piel flácida, los poros dilatados y para mejorar el tono de la piel. El tratamiento se administra produciendo lesiones microscópicas y perforaciones invisibles en la capa superior de la piel para estimular el proceso de curación natural del cuerpo. Este proceso ayuda a estimular la producción de colágeno y elastina, las proteínas en las células de la piel responsables de mantener la elasticidad y la plenitud, lo que da como resultado una apariencia más juvenil porque la piel está más tersa y mejor adaptada a las estructuras subyacentes de la cara. La microaguja también se conoce como terapia de inducción de colágeno que utiliza perforaciones cutáneas precisas y controladas con un dispositivo aprobado por la FDA en el que el médico puede ajustar la velocidad y la profundidad de las perforaciones según el grado de rejuvenecimiento necesario para corregir la condición indeseable de la piel (cicatrices, pigmentación, etc.).